Hace unas horas, mientras disfrutaba de un buen café que me pusiera las pilas, escuchaba y/o veía las noticias para salir de casa bien informada (defecto profesional, no?). Una vez más los titulares avanzaban una nueva manifestación en contra de los recortes sanitarios que propone, y empieza a hacer efectivos, el majestuoso Departament de Sanitat de la Generalitat de Catalunya.
Indignante! esto es indignante. Se me pasa por la cabeza todos esos alumnos que tengo que, con ilusión y esperanza, querían adentrarse en el mundo sanitario y que, por cuestiones políticas, han visto quebrados sus sueños. También me acuerdo de mis compañeros enfermeros/-as que ya están sufriendo en primera persona esta masacre. De conocidos y amigos que se manifiestan por una sanidad pública digna. Y por todos aquellos pacientes que se/nos verán/veremos afectados por tan "magínfica" propuesta.
Tras mil pensamientos que enturbian la paz de un tranquilo desayuno... el café decide "pasarse al otro lado" y provocarme un atragantamiento en toda regla. ¿Soy torpe e incapaz de beber sin problemas un buen café?. Negativo! Esta consecuencia tiene un porqué: he oído unas declaraciones que, en mi humilde opinión, han sido totalmente desafortunadas. Antonio Gallego, secretario general del Sindicat de Metges de Catalunya, ha lanzado esta perla: "Con los recortes en educación, no te mueres. Pero con los recortes de sanidad, sí".
¿Cómoooooo? Vale, no serán seguramente equiparables, pero ¿mejor recortes en educación que en sanidad? La verdad es que deberíamos ser capaces de buscar soluciones que no perjudiquen al bienestar social de la ciudadanía, pero está visto que, nuestros políticos (pues no se salva ni uno), son incapaces de hacerlo.
Queda claro que los recortes en sanidad van a traer muchos y muy diversos problemas, tanto para los profesionales como para los pacientes o futuros usuarios. Pero, ¿recortar en educación? No hablo como docente, pues mi puesto es pasajero y no poseo vocación, pero este señor, que intuyo no debe tener hijos en edad escolar, debería echar un vistazo a la educación de nuestro país que, la verdad, deja mucho que desear!. Si ya nos quejamos de la generación Ni Ni que, sí os confirmo, va en aumento... ¿qué haremos si recortamos?. No podremos quejarnos y estaremos fomentando unas generaciones venideras de "pasotas", "vagos", "conformistas", etc.
Vamos a centrarnos en buscar soluciones factibles que no destruyan ni a los ciudadanos de ahora ni a los que vendrán.
A veces es mejor callar, porque en boca callada no entran moscas.
"Prefiero ser dueña de mi silencio... que esclava de mis palabras"